La palabra “peeling” significa descamación o exfoliación y consiste en la utilización de sustancias químicas sobre la piel para eliminar las capas superficiales y poder así eliminar imperfecciones logrando una piel renovada.
El peeling consigue una disminución de las arrugas, una piel rejuvenecida y bien hidratada, con una secreción correcta de grasa y una buena consistencia y luminosidad. No es efectivo para el melasma, que se trata de manchas de causa hormonal.
Hay diversos productos que producen diferentes grados de penetración. Existen 3 tipos de peeling: superficial, intermedio y profundo. El profundo es el más efectivo pero conlleva un postoperatorio largo por lo que no es frecuente llevarlo a cabo.
El superficial es el peeling de ácido glicólico. Es suave, produce tan solo un eritema y una leve descamación a lo largo de los días sucesivos. Sirve para «refrescar la piel». Si se realizan múltiples peelings de ácido glicólico y se utiliza una crema diariamente con ácido glicólico al 20% se obtendrá una reducción de arrugas finas.
El peeling intermedio se efectúa con ácido tricloroacético (TCA) al 35%. Produce una eliminación completa de la epidermis pero (con las formulaciones actuales) de forma progresiva algo largo de la primera semana con lo que se puede seguir haciendo vida relativamente normal pues no hay quemadura. Es un peeling potente. Entre 1 y 3 sesiones logran reducir las manchas solares.
El número de sesiones varía según la patología a tratar, su severidad y factores individuales de cada paciente, y suelen realizarse de forma quincenal o mensual. Entre sesión y sesión e deja transcurrir el tiempo necesario para la recuperación de la piel, que variará en función del producto utilizado. Se debe restringir la exposición solar en el caso del TCA 15 días antes del tratamiento. Recomendamos en éste periodo el empleo de filtro solar.
Se pueden tratar manchas en escote, brazos y manos. En éstas zonas se emplea TCA al 20%