Seguimos hablando del recambio de implantes continuando el capítulo de la semana pasada.
Comentaba que, debido a que hay muchas mujeres que se han intervenido de aumento de senos hace más de 20 años, la cirugía del recambio de implantes es cada vez más frecuente.
Es una necesidad.
Las ecografías, mamografías y resonancias nos permiten diagnosticar la posibilidad de una rotura de implante. La rotura de un implante aconseja la sustitución precoz de los implantes antiguos.
Hoy en día disponemos de implantes de quinta generación, de gran resistencia (lo cual hace que puedan durar más de 2 décadas) y con gel altamente cohesivo. Este es el aspecto más importante de los nuevos implantes. El gel cohesivo mantiene la forma y la proyección de los implantes, evitando que se aplasten. El problema de los pliegues o ripling prácticamente desaparece con éstos implantes.
Muchas mujeres intervenidas con implantes redondos, lo cual era la norma hasta hace unos 10 años no están satisfechas con su forma o su volumen. Aunque esos implantes podrían mantenerse más años, por motivos estéticos, solicitan una sustitución. Un problema frecuente de los implantes redondos, además de la tendencia a llenar en exceso el polo superior, es que no logran reducir la separación de los pechos; no consiguen juntar, debido a que la dimensión horizontal y vertical es la misma. También es frecuente que, debido al exceso de volumen en el polo superior, el complejo areola-pezón desciende o se dirige hacia abajo ocasionando el efecto cascada (muy antiestético y antinatural). Con el paso de los años o por los cabios del embarazo el tejido mamario desciende sobre el implante redondo.
Todos éstos efectos adversos de los implantes redondos se pueden revertir con los implantes anatómicos. Debido a que la distribución del volumen en los implantes anatómicos es de 2/3 en polo inferior y 1/3 en polo superior de obtiene un pecho natural. Este se considera el que tiene un 40-45% de volumen en polo superior y un 55-60% en polo inferior.
Debido a que los implantes anatómicos pueden tener más anchura que altura ganamos en el eje horizontal y conseguimos juntar los implantes consiguiendo un escote más atractivo.
Podemos aumentar el volumen sin ocasionar el efecto “balón” en el polo superior. Todo son ventajas. La más importante: los implantes anatómicos de muy alta proyección corrigen la ptosis o el descenso del complejo areola-pezón pudiendo elevar hasta 2 cm. el pezón que además mira hacia el frente en lugar de hacia abajo.
Los implantes anatómicos son implantes de más difícil manejo. Requieren pericia para seleccionar el modelo y el tamaño adecuados y requieren una precisión absoluta en su colocación.
Existen 2 tipos de superficie o recubrimiento: el texturizado (macro o microtexturizado) y el recubrimiento de poliuretano. El recubrimiento texturizado puede dar lugar como efecto adverso de los implantes anatómicos que se muevan lo que supone una reintervención para revisión. Esto sucede al menos en un 5% de casos. Esto hace que haya cirujanos que no son partidarios de los implantes anatómicos.
Los implantes anatómicos recubiertos de poliuretrano garantizan una adherencia en el 100% de los casos.
Por tanto mi recomendación es: implantes anatómicos recubiertos de poliuretano para obtener todas las ventajas de los implantes anatómicos y evitar el problema de la movilización indeseada.