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Con el paso de los años nuestra piel va perdiendo su elasticidad y además las estructuras profundas como los compartimentos de tejido adiposo facial y los músculos van descendiendo por el efecto de la gravedad. Estos cambios se manifiestan en la cara y en el cuello con la aparición de la flacidez en las mejillas, la región de la mandíbula, alrededor de la boca y en la región central del cuello. La región periocular (los párpados y las cejas) sufre, asimismo, unos cambios o alteraciones que incluyen el descenso de la región lateral, las bolsas, el exceso de piel, las ojeras y las arrugas.
Otra manifestación del proceso del envejecimiento es la atrofia o pérdida de volumen, principalmente de la grasa, aunque tambien de los músculos e incluso de los huesos.
Por tanto, la lozanía y la tersura de la piel se van borrando, el óvalo facial se va desdibujando, los pómulos y los labios se van aplanando.
En la región central del cuello se concentra el exceso de piel. Es frecuente la existencia de grasa (papada) y se forman unas bandas (a modo de cuerdas fibrosas) que corresponden a los bordes internos del músculo platisma (músculo del cuello, muy fino y ancho que abarca todo el cuello).
La única forma de corregir de forma consistente la flacidez y los problemas acompañantes (exceso de grasa y bandas del platisma) es mediante cirugía: el lifting de cara y cuello. Los tratamientos alternativos ( hilos tensores, radiofrecuencia, mesoterapia, láser…) pueden obtener leves mejoras en los casos incipientes pero jamás en los casos de flacidez importante.
Hablamos de lifting de cara y cuello ya que la mejilla, la región mandibular y el cuello forman una unidad anatómica. Las incisiones se realizan, de forma precisa, bordeando las orejas por delante y por detrás. Desde ahí se traiciona y se recoge la piel sobrante tras eliminarla. Se tensa tambien el plano supramuscular.
Se efectúa una incisión debajo del mentón para eliminar el exceso de grasa (mediante liposucción o extirpación directa) y para tensar el músculo platisma en la línea media.
Tal y como se muestra en éste ejemplo la mejora es significativa, con una excelente definición del ángulo del cuello.
La intervención se realiza con anestesia general o con anestesia local y sedación. Requiere una estancia hospitalaria de 12 a 24 horas. La recuperación es completa en un plazo de 1 a 2 semanas.
