Un reciente estudio demuestra que la reducción de actividad de los músculos de la mímica facial, tras las inyecciones de botox, prolonga la vida del hialurónico.
Ambos tratamientos son los más realizados en la práctica de la medicina estética ya que son muy seguros y proporcionan resultados naturales. Sin embargo, el hialurónico está sometido a un proceso de degradación que hace que sea perecedero por un proceso de reabsorción.
El botox dura entre 4 y 6 meses dependiendo de diversos factores como la intensidad o la fuerza de los músculos (mayor en varones generalmente) y del número de tratamientos realizados a lo largo del tiempo. A medida que se realizan más tratamientos ( 2 al año) la duración es mayor por un fenómeno de “agotamiento” de los músculos. Sin embargo, en algunos casos se puede producir el efecto contrario debido a la producción de anticuerpos.
De las 3 toxinas principales que se comencializan: Vistabel, Azzalure y Bocoture, ésta última es la que tiene menos incidencia de producción de anticuerpos.
En cuanto al hialurónico existen 4 tipos en función de su densidad o cohesividad. Si se inyecta profundamente se emplea hialurónico de alta densidad y se se inyecta superficialmente lo contrario. En los pómulos se utiliza hialurónico de alta densidad, en los labios de densidad media y en región periocular hialurónico muy fluido.
En el caso de haber inyectado botox en la región de las patas de gallo, si seguidamente inyectamos hialurónico en pómulos o región periocular, éste durará más tiempo.