Este va a ser el tema que trataré en la ponencia que daré la semana próxima en Madrid en el XII Curso teórico-práctico de disección anatómica de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica que se celebrará en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.
La abdominoplastia se engloba en el capítulo de la Cirugía del contorno corporal, concretamente la región del tronco. Se trata de una intervención apasionante, que como el resto de las cirugías supone siempre un reto para el cirujano plástico, cuyo objetivo es corregir las deformidades de una zona que, especialmente en las mujeres, sufre alteraciones estéticas y funcionales, debido a los embarazos.
En los varones los problemas estéticos consisten en la acumulación de grasa en exceso o al tratamiento de la flacidez o sobrante de piel que ocurre tras el adelgazamiento cuando se consigue tratar la obesidad.
Las situaciones o escenarios son muy variados por tanto se debe seguir un protocolo que se individualiza para cada caso.
En la intervención se reduce el exceso de grasa mediante liposucción (ultrasónica y por vibración). Se trata de remodelar el exceso de grasa localizada. No es conveniente realizar la intervención si existe sobrepeso. Los puntos clave son: la ubicación precisa de la incisión en el lugar menos visible (línea del bikini), el manejo y colocación idóneos del ombligo al fin de la intervención y la reconstrucción de la musculatura laxa (a consecuencia de los embarazos).
Cuando la intervención se lleva a cabo con las normas de seguridad y técnica avanzada no se esperan complicaciones. La hospitalización es de 2 a 3 noches y la recuperación es satisfactoria en 2 semanas . Los resutados son, a menudo, impresionantes.